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lunes, 4 de marzo de 2013

Granada - Mallorca


Dura derrota del Granada en el estadio de Los Cármenes, donde un Mallorca inferior se llevó los tres puntos, y hace que nos volvamos a meter en la lucha por el descenso de manera directa. Y es que el conjunto de Gregorio Manzano supo sacar el máximo partido a sus ocasiones; venía con la soga al cuello y sabiendo lo que se jugaba consiguió sacar partido de las dudas rojiblancas y asestar la estocada mortal. Se dice que el tigre, sabedor de que le llega la hora, le echa más huevos al asunto…

Como novedades en el once de Alcaraz, Juanma Ortiz ocupaba el lateral derecho y Buonanotte el extremo diestro en detrimento de Nyom y de Torje. Precisamente esta nueva sociedad que probaba el técnico del Granada dio origen al primer gol. Balón largo del extremo argentino que recoge Ortiz, apura línea de fondo y recorta a Luna (ex del Sevilla y lateral zurdo) para poner un centro medido a la cabeza de Nolito, que sólo tuvo que empujarla.

Se va notando ya a que juega este Granada, donde la prioridad principal es que se abandona el pelotazo, y la pelota ha de salir siempre jugada por los centrocampistas. Claves en este sistema son por tanto Mikel y Recio, medios a los que les gusta tener el balón, conducirlo, llegar… pues bien, este doblepivote además tiene la premisa de trabajar junto y escalonado, me explico. Los dos a priori juegan el línea, pero cuando el balón va a un central o a un lateral, el medio más cercano apoya en banda, y mecánicamente, el otro se sitúa a 20 metros suya por el medio, de manera que estén siempre juntos.

A este sistema se le añade el extremo opuesto al balón, que viene a apoyar también más al medio, dejando ese carril ya para el lateral. También influye el tener dos puntas. Cierto que Ighalo hace las veces de mediapunta, pero por lo general siempre vendrá el delantero más pegado a la zona del balón a recibir o a apoyar en banda. Quedando siempre los jugadores de la granada bien pegados entre sí, para de esa manera siempre tener pase asegurado y no tener que jugarse al pelotazo.

Claro, esto en la pizarra queda de cojones, pero cuando ves te ves empatado, te entran los nervios y el canguele, te olvidas de lo ensayado y juegas a tu juego habitual, el patadón. Si encima los medios se ahogan y no llegan a su sitio de apoyo, apaga y vámonos. Y esto es lo que le pasó al Granada a partir del gol del Mallorca.

El gol, obra de Alfaro (otro ex del Sevilla), llegó tras un mal despeje de Iñigo (muy inseguro ayer) que le dejó la pelota a Giovanni. El mejicano, jugador muy habilidoso, potente, fuerte y descarado, desbordó a Iñigo y apurando línea de fondo centró un balón raso al segundo palo que nadie acertó a interceptar.
Con el empate a uno entró en juego el trivote que puso Manzano, queriendo ahogar ese sistema de juego ya mencionado. Con Martí apoyando en las bandas, Tissone preocupado más por pegar que por crear, y Geromel que era la sombra de Mikel, el Granada no lograba dominar claramente el juego. Incluso el Mallorca daba esa cierta sensación de peligro con su tridente arriba formado por Alfaro, Casadesús y Gio, que sin llegar a puerta creaban las dudas en la zaga local al ver que no lograban arrebatarles la pelota.

A pesar de esto, el Granada tuvo varias ocasiones claras en los pies de Aranda, quien dispuso de dos mano a mano ante Aouate, pero la primera la mandó al lateral de la red, y la segunda, fue el meta Israelí quien le despejó el balón, cayéndole al nigeriano Ighalo, que hizo lo que mejor sabe hacer, enviar la pelota por encima del marco rival. No quiero ser cruel con el nigeriano, pero hay que decir que ayer estuvo cuanto menos horroroso. Espeso en la mediapunta, no llegaba, no acompañaba, y estaba más preocupado por ser el ojito derecho del míster bajando a defender que en crear peligro. Con decir que no hizo su famosa cola de vaca que nos deja cada partido…

Se notaba que a los rojiblancos les faltaba oxígeno en el medio, orden para crear, aire fresco para subir la pelota… bueno, al menos yo se lo notaba, porque parece que Alcaraz pensaba que tanto Nolito como Buonanotte eran los que fallaban. El extremo gaditano, ex del Benfica,  no sólo hizo el gol, sino que fabricó junto a Siqueira claras ocasiones de gol, daba salida por banda al equipo desembotellando el medio, y trabajaba en defensa. Por su parte, el extremo argentino maravillo a la grada con sus regates verticales (no como Brahimi, que regatea a uno y no encara portería, sino que sigue), sus pases y su descaro. Apoyaba en la mediapunta y generaba superioridad por el medio. Lástima que no le acompañaran los de arriba. Con Brahimi y Torje en el campo, el equipo parecía más inofensivo, sin un plan de ataque claro, casi esperando un milagro. Fugaz el paso de El Arabi ayer, que sustituyó a Ighalo, o al menos eso dice el periódico, porque yo ni le vi…

Los mejores del Granada una semana más fueron el capitán Diego Mainz, que se le ve ágil, con confianza, contundente al salto y al corte, rápido y que ayer era el que más seguridad daba en defensa; y Siqueira. El lateral brasileño ha vuelto a sus andadas de ser un puñal por banda, a ser el plan B cuando la estrategia falla, aparece el como un rayo para desbordar, colgar el balón al área y generar peligro.

Del Mallorca quisiera destacar a Gio. El canterano del Barsa hizo alarde de sus excepcionales cualidades físicas para regatear y poner en caos el solo a la defensa de Alcaraz; suyas fueron las dos asistencias del conjunto mallorquín. También me impresionó satisfactoriamente el lateral Hutton. Típico defensa ingles que basa su juego en su poderío físico, pero que además sabe moverse sin balón.

Puede que el castigo  que se acabó llevando el Granada fuera excesivo con el gol en contra en el descuento, pero así aprenderán a no jugar con fuego, a que esto es Primera y un error te mata, el no rematar el partido tiene sus consecuencias, a no perdonar a un rival que deambulaba por el campo y se contentaba con el empate a base de pelotazos para perder tiempo. Que el árbitro no señalara un penalti clamoroso de Nunes a mí me trae sin cuidado, pues si realmente hubiésemos materializado nuestras ocasiones, dejaríamos de llorar en temas tan absurdos… casi parecemos el Barsa

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