El partido de ayer se preveía trabado, con pocas ocasiones,
y no nos equivocábamos. Debajo de la intensa lluvia que nos bañó se dibujó el
partido que Juan Ignacio Martínez quiso. El equipo de Lucas Alcaraz no fue
capaz de dominar a un rival que venía acusando el desgaste europeo del jueves. Ni
así.
Once tipo el que sacó a Alcaraz, donde los dos
delanteros centro son inamovibles, la defensa incuestionable, el doble
pivote insustituible. Lo único que baila son los extremos, ayer Buonanotte por
Torje. El resto, el de siempre. Por su parte, Jim salía con una mezcla de
titulares y suplentes, comandados por un sensacional Iborra (ojo a este mediocentro de gran llegada, buena salida
de pelota y potente disparo) y por un omnipresente Michel, que supieron manejar el partido a su antojo. Interesante
también ayer el puesto de 9 en los granotas, pues tras la salida de Martins al Seattle y a la espera de que
llegue Mate, solo tenía como
delantero al ex del Bolonia Acquafresca.
Aun así, Jim opto por dejar a éste en el banquillo y sacar de falso delantero
centro a Valdo, que a pesar
de ya haber desempeñado esa función en Osasuna y Español, no es su demarcación puntera.
Con ello buscaba balones a la espalda de los centrales, dejando espacios a la
segunda línea, así como tener más posesión de balón controlar más el partido.
Tuvo que cambiar su esquema con el gol de Siqueira (de penalti claro), sacando ahora
si a su delantero centro italiano, y pasando Valdo a ocupar la banda derecha en detrimento del desaparecido Pedro Ríos. Doble resultado,
pues no solo empató el partido el Levante, sino que al tener al rápido Valdo en banda para aprovechar las contra
y buscar los espacios, Siqueira se
prodigó mucho menos en ataque.
Si me centro más en el Levante, es porque el Granada apenas
daba señales de vida. Si me disculpáis, diré que ayer Lucas Alcaraz parecía un tanto obtuso en su planteamiento.
Primero al meter a dos extremos a pierna cambiada, ya que ninguno se
dedicaba a centrar, y claro, para que quieres sino a dos delanteros centro si
no hay quien les colgara pelotas. Además, Buonanotte
supuestamente dejaba su banda para venirse a la mediapunta y ayudar en la creación,
dejando su banda a Nyom, pero poco
supimos del lateral camerunés en ataque, y aún menos del mediapunta argentino
en labores de creación. Además, el ex del Málaga comete el error de muchos
jugadores argentinos en su misma demarcación, usando siempre el mismo regate, y
chupar hasta que ya no quede otra, en vez de pasar a la primera, chutar, o simplemente
avanzar hacia arriba ( y girando siempre, como dirían los extraterrestres de
los Simpsons).
Segundo, era clara la superioridad física y
territorial del levante. Tres en el medio por dos del Granada, donde Mikel y Recio se veían incapaces de sacar la pelota, tal vez debido a la manía
de escorar a un medio a banda, adelantando al lateral, buscando así que su marca
granota le siguiera, dejando al medio rojiblanco solo y con superioridad en esa
banda. Eso puede que funcione con equipillos de segunda, no en Primera. Y es
que la línea defensiva del Levante no encontró ayer partido más cómodo posible.
Ayer, los granotas al disponer de superioridad, mandaban en las ayudas en banda
hasta dos mediocentros, dejando al ancla de Vyntra como tapón por delante de los delanteros del Granada. Se notaba
un tremendo vacío entre los medios y la delantera ayer, haciendo al equipo
excesivamente largo, y es que no se puede pretender que ni Mikel ni Recio te suban
la pelota treinta metros para dársela al pie al delantero. Todavía se puso más cómico
el partido, cuando como plan B eligieron el pelotazo a Ighalo y Aranda para que éstos la bajaran. Eso en un equipo con las torres
del Levante es misión imposible.
Y al fin, tras una hora de partido donde ningún delantero
hizo amago de jugar y donde la apisonadora granota nos pasó por encima, salió Brahimi, mediapunta para enlazar
con los de arriba. Cambió el partido. Ahora era el Granada quien
dominaba, con Brahimi como director de
orquesta moviendo al equipo de un lado se vio a un equipo que llegaba más, pero
faltó el remate, donde ayer Aranda
estuvo negado, más preocupado por darle su merecido a Ballesteros y David Navarro
que por anotar. Las contras del Levante se ahogaban arriba (se notaba el
cansancio) gracias también a un de nuevo imperial Mainz y a un sensacional partido de Iñigo.
Alcaraz se la
jugó; retiro del campo a Recio y dio
entrada a El Arabi (y que este tío
cueste 5 millones y yo aquí…). A pesar de retirar un mediocentro, el Granada no
notaba la ausencia, quizá también porque ya el partido no requería masticar la
jugada, sino hacer el Oliver y Benji e ir todos al ataque. Igual que pudo salir
cara para el Granada también pudo salir cruz, y es que Jim, sabedor del entusiasmo de los locales por ir arriba, saco
primero a Roger para darle pausa al
juego, y al Zhar para aprovechar las
subidas de siquiera y matar el partido. Pero de nuevo se chocaban con los
centrales rojiblancos.
Para acabar el partido, nada mejor que una clamorosa mano
no pitada por el colegiado cuando Nolito
hizo su decimonovena internada en el área sin éxito. Tampoco vamos a echarle la
culpa al árbitro, ya que también nos perdonó una posible roja a Nyom con el partido nada más comenzar.
Hace falta cambios en el equipo si queremos salvarnos, como
la inclusión desde ya de otro centrocampista al equipo, y salir desde el primer
minuto como estuvo ayer el equipo con Brahimi.
Sin duda el jugador argelino junto con Mainz
fue la nota positiva de este Granada, mientras que Valdo por su sacrificio y Michel
e Iborra en el Levante fueron los más
destacados.