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domingo, 10 de febrero de 2013

Deportivo de la Coruña-Granada C.F.


Nueva victoria rojiblanca, y esta vez se podría resumir la emoción de todos los aficionados al club granadino con la famosa exclamación de Amador Rivas: Ole…Ole. Y es que ayer el rival no era cualquiera, sino un histórico como el Depor, que además es un rival directo y que con esta victoria, los de Lucas Alcaraz se distancian del conjunto gallego en diez puntos, seis por encima del descenso.

Alcaraz repetía el once que le dio la victoria frente al Real Madrid; parece que este será ya el once tipo que planteara el míster rojiblanco, con la duda de dar incursión a Diakhate, Benítez y Buonanotte. El caso es que ya parece claro que Mikel Rico y Recio son inamovibles del doble pivote, y lo cierto es que se entienden de maravilla. Si uno sube, el otro espera, si uno va a recibir, el otro crea espacio, si uno presiona, el otro secunda esa presión; en definitiva, se complementan de maravilla.

El partido empezó con dominio deportivista, donde Pizzi ponía las ganas y hacia jugar (ayer de media punta y no en banda), y Riki y Salomao conducían ataques demasiado previsibles para la defensa del Granada. A pesar de la poca pólvora del equipo de Paciencia, el Depor creaba cierto peligro con tiros de Riki y Bergantiños que salieron desviados. Nolito primero y Recio después contestaron a la osadía gallega, pero también estuvieron fallones. Ighalo dispuso también de dos buenas oportunidades, en especial una jugada donde Aranzubia estaba descolocado y éste intentó sorprender desde lejos, pero no hay forma de que la pelota entre para este delantero si no es cerca de la portería. Marchena también pudo anotar, o al menos hacerlo mejor tras una salida en falso de Toño, pero el defensor, escorado al borde del área, quiso picar la pelota por encima y falló. Riki tuvo la mejor oportunidad gallega tras un rechace dentro del área pequeña que incomprensiblemente tiro fuera (fue como la de Benzema la semana pasada).

Entre tanto desacierto llegó el primer gol. Nyom repetía su clásica machada de regaterar por banda creyéndose Messi que rebote tras rebote y memoles tras memoles centró, pero la pelota rebotó en un defensa, y le cayó a Aranda, quien centro la bola al segundo palo demasiado bombeada, pero Aranzubia no se vio seguro para ir a por ella, y cuando quiso llegar, la pelota cabeceada por Nolito al larguero, continuó su trayectoria hacia el palo y posteriormente al defensa Marchena quien sin querer se metió el gol en propia.

Ahí acabó una primera parte donde se veía la gran superioridad de Mikel y Recio en el centro del campo, que dominaban el partido a su antojo; Nolito apoyaba ejerciendo más de media punta y centrocampista para apoyarles, dejando la banda entera para Siqueira. El lateral fue un tormento todo el partido para la banda derecha, donde Bruno Gama no ayudaba a Manuel Pablo, y claro, el canario era claramente inferior en el uno para uno contra el jugador del Granada. Aranda (el salvador supuestamente) desaparecido, por cierto.

El Depor defendía su honor y salió con ganas en la segunda mitad. Pizzi rápidamente se encargaba de ponerle las pilas a los suyos con un disparo que Toño atajó bien. Pero eso sólo fue un espejismo, ya que en otra internada de Siqueira por banda izquierda (tras un tremendo error de Manuel Pablo), hizo una pared con Ighalo para plantarse en el área, irse con asombrosa facilidad de Assunçao (ex del Atleti) y devolvérsela a Ighalo, que a placer, sentenció el choque.

Soberbio estuvo ayer el delantero nigeriano, que cada vez juega mejor de espaldas, distribuyendo el balón a sus compañeros. Supo leer el partido y bajar hasta la zona de tres cuartos para recibir y dar salida a la pelota, apoyando a Mikel y a Recio. Cuando el partido estuvo resuelto, se dedicó a aguantar el balón y contemporizar el juego, haciendo sobretodo que el conjunto gallego se partiera al replegar, pues ya los delantero del Depor no bajaban a defender, y a los defensas les costaba subir, mientras que el Granada permanecía siempre junto, clave para que en ningún momento se viera en peligro la portería de Toño, que ayer su mayor problema fue Pizzi. Este Depor, con todos mis respetos, huele ya a segunda, y es que se ve en su juego la desesperación, la impotencia e incluso algunas riñas entre compañeros. Si a eso sumamos que el arbitró anulo un gol legal a Riki, y que Valerón falló un cabezazo a placer…poco más se puede intentar.

Anecdótico el penalti final donde Ighalo se tira a la piscina e incomprensiblemente el árbitro, a cinco metros pica. Gol de Siqueira para redondear su gran noche que suma ya cuatro goles esta campaña. Buen partido también de la defensa del Granada, aunque tampoco tuvieron excesivo trabajo, y es que a pesar de que ayer el Depor sacó toda su artillería en la segunda mitad con Oliveira y Valerón, no les hicieron ni cosquillas, principalmente por la anarquía del sistema, ya que jugando con tres delanteros (Pizzi, Riki y Oliveria), obligas a Valerón a defender, alejándole del área, cosa que aquí en España se conoce, querido Paciencia, como pecado capital.

Destacar también el buen partido de Juanma Ortiz que sustituyó a Nyom en el lateral derecho y supo contener las acometidas de Oliveira gracias también al apoyo defensivo de Torje, quien también cuajo ayer un gran partido no solo en ataque, asistiendo a sus compañeros y driblando a Ovaldo (lateral izq. del Depor) sino en defensa, preocupado como un defensor más por mantener la puerta a cero. Pero si hay que destacar a alguien ayer ese es Mikel Rico. Omnipresente en la noche de ayer, dando un recital de cómo sacar la pelota, en corto y el largo, regateando, sumándose al ataque y en menos tiempo de lo que tarda el maestro Mutenroshi en correr 100 metros, estar ya abajo defendiendo. Ahora ya a pensar en la semana que viene. Toca el Barcelona.

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