Para los que pensaron que asistir ayer al estadio de Los Cármenes
seria más entretenido que ir a ver la cabalgata se equivocaba. Partido soso,
uno más del Granada, y por mucho que el árbitro intentara animar el encuentro
sirviendo su propia cabeza en bandeja de plata gracias a sus notables errores,
el partido no se animó.
Ambos equipos salieron en busca de los 3 puntos desde el
principio con ocasiones de los dos, pero ninguna clara. Después de un mes, ya
se empieza a ver a otro Valencia, que busca más el balón y Jonas, busca siempre acabar las jugadas para
evitar posibles contras y por encima de todo, busca la victoria desde el primer
minuto. Valverde salió de
inicio con Alves en la portería, Pereira, Rami, Costa y Guardado atrás; Albelda
y Parejo de doble pivote, con Banega de enganche; y arriba Jonas, Piatti y
Soldado. En los primeros 15 minutos ya lo habían intentado desde fuera del área
Parejo, Banega y Jonas, todos
sin suerte. A pesar de empezar fuerte, poco a poco se fue desinflando: poca participación
de Soldado, Banega espeso y Albelda,
que ya no está para estos trotes, se veía superado por la velocidad y exigencia
del centro del campo.
Por su parte Anquela
saco a su once de gala, o al menos, a los pocos que siguen tras la marcha de El Arabi a la Copa África y Machis al Sudamericano. Roberto bajo
palos, con Nyom, Iñigo López, Mainz y Siquiera en la retaguardia, Iriney y
Mikel Rico en el doble pivote, línea de tres por delante con Torje, Brahimi y
Benítez y arriba Ighalo. Las estrellas locales, Benítez y Rico no empezaron en
su salsa, y lo notaron los espectadores que no tardaron en empezar el murmullo
en la grada. Lentos y espesos los dos solo conseguían perder el balón. El peligro
llegaba por la derecha, con Torje,
que aprovechaba que Guardado no es
lateral puro y estaba loquito por sumar más en ataque que en defensa. Buen centro
suyo que Ighalo remató mansamente a
las manos de Alves. Lento Ighalo también arriba, que le costaba más
soltar el balón que a Messi darle las gracias a Villa.
Todo discurría con aburrimiento, cuando Undiano, correcto a su manera (de sacar más tarjetas que
faltas se hacen) decidió que mandaba él en el partido y se sacó de la manga una
mano de Mikel que le supuso la
segunda amarilla. Minuto 30. El partido quedaba 10 vs 11 (mas Undiano). Seas
del equipo que seas, si ahí ves mano tienes serios problemas de vista,
autoestima y hasta esquizofrenia.
El Valencia supo leer el partido perfectamente, y viendo que
atrás Iñigo y Mainz estaban espléndidos, Jonas
y Piatti retrasaron su posición para
crear un cinco para dos contra Iriney y Brahimi.
Benítez y Torje, intentaron ayudar en el medio, pero claro, entonces te suben
los laterales y te mataban. Parecía que solo quedaba esperar a que el Valencia
decidiera cuando, como y donde. Llegábamos al descanso.
Lesión de Benítez que hizo temerme lo peor, pues su
sustituto, Bryan Angulo, no le
veo todavía nivel de primera. Me calló la boca. Tanto Valencia como Granada
comenzaron tanteando el terreno, como si de dos púgiles se tratara, midiendo
los huecos del otro. Y ahí apareció el jugador venezolano, para batir con una
exquisita vaselina con el exterior de su bota izquierda a Alves. Fiesta en la grada y reacción inmediata de ambos
entrenadores. Valverde quito el lastre de su equipo, Albelda (jugador al que admiro, pero que debe saber cuándo
retirarse) y metió a Valdez. Por su parte, Anquela quitó a un Torje desaparecido y metió al reaparecido
Yebda. Ahí se acabó el
partido. Primero, porque el técnico local descolocó a todo el equipo poniendo a
Angulo en la derecha, Brahimi
en la izquierda, Ighalo solo contra 4 arriba, y Yebda, que estaba más acojonado por recaer de su lesión que yo
viendo Viernes 1 parte VIII, revoloteando, no hizo más que molestar. Mas hubiera
valido Diakhate o Lucena, no tan técnicos pero si le hubieran echado más
memoles.
Por su parte, recital de Parejo, que parece que con Valverde
si tiene cabida en este equipo, y éste se lo demostró manejando el partido a su
antojo. Ya solo era cuestión de tiempo que cayera el gol visitante. Y llegó en
un córner, inventado por el árbitro (en serio, no se quien leches puede pitar
esos córner), Valdez atrajo a todos
al primer palo, y Piatti, con una
rosquita perfecta, puso el balón en área pequeña (balón del portero) para que Jonas, que fintó Iñigo (único fallo suyo en el partido) remató
a placer.
Entre tanto, si Parejo sobresalía en el equipo che, Brahimi lo hacía en el conjunto
rojiblanco, ya que parecía Messi, driblando a todos, haciendo que el público se
levantara de sus asientos a cada regate de ensueño, parecía que jugaba a la
consola. Espectacular. Con uno iguales en el marcador, el Granada acabó bajando
los brazos, teniendo sólo como bazas ofensivas a sus dos delanteros. Pelotas directas
de Roberto que Ighalo solo podía mirar de lejos, pues tenía encima a los dos
centrales y a sus compañeros demasiado lejos. Pudo llegar el gol valencianista
en otro córner inventado que Mainz
sacó bajo palos.
Minuto 82, balón al área de Banega (debe recuperar aun su mejor nivel) que Soldado no llega a controlar (pésimo partido del internacional
español, no rascó bola, las pocas que le llegaban no sabía qué hacer, y
personalmente, me parece un jugador sin honor, que pasa más tiempo en el suelo
para perder tiempo o llorando cuando no le tocan, y va repartiendo más estopa
que un antidisturbios; sinceramente, no tiene nivel ni personalidad para ser
internacional le pese a quien le pese). Nyom,
que no va a despejar, sino que se queda esperando dentro del área a que la
pelota le llegue, deja que le roben la cartera y acaba… victoria che.
Quien sabe cómo hubiera acabado el partido si Undiano no hubiera errado
(tantas veces). En cualquier caso y visto lo visto ayer, justa victoria
valencianista. Como nota positiva del conjunto local, me quedo con las grandes
actuaciones de Iriney, que supo el
solo contener a los mediocampistas visitantes el sólo (brahimi en defensa era
nulo) contra los tres de Valencia; y de Brahimi, que en ataque
volvía loco a todos los jugadores del Valencia de tal manera, que solo por
verle merecía la pena pagar la entrada. Y por último, me parece destacar por
encima del resto como mejor jugador del partido al capitán Diego Mainz,
central que se consolida atrás, que cortó todo lo que le pasaba al lado y supo
salir cuan libero de antaño. No exagero si digo que llama a las puertas de la Selección
(total si va gente de la categoría de Soldado…); así que Don Vicente, si lee esto,
es un jugador a tener en cuenta.
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