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domingo, 6 de enero de 2013

Granada-Valencia


Para los que pensaron que asistir ayer al estadio de Los Cármenes seria más entretenido que ir a ver la cabalgata se equivocaba. Partido soso, uno más del Granada, y por mucho que el árbitro intentara animar el encuentro sirviendo su propia cabeza en bandeja de plata gracias a sus notables errores, el partido no se animó.

Ambos equipos salieron en busca de los 3 puntos desde el principio con ocasiones de los dos, pero ninguna clara. Después de un mes, ya se empieza a ver a otro Valencia, que busca más el balón y  Jonas, busca siempre acabar las jugadas para evitar posibles contras y por encima de todo, busca la victoria desde el primer minuto. Valverde salió de inicio con Alves en la portería, Pereira, Rami, Costa y Guardado atrás; Albelda y Parejo de doble pivote, con Banega de enganche; y arriba Jonas, Piatti y Soldado. En los primeros 15 minutos ya lo habían intentado desde fuera del área Parejo, Banega y Jonas, todos sin suerte. A pesar de empezar fuerte, poco a poco se fue desinflando: poca participación de Soldado, Banega espeso y Albelda, que ya no está para estos trotes, se veía superado por la velocidad y exigencia del centro del campo.

Por su parte Anquela saco a su once de gala, o al menos, a los pocos que siguen tras la marcha de El Arabi a la Copa África y Machis al Sudamericano. Roberto bajo palos, con Nyom, Iñigo López, Mainz y Siquiera en la retaguardia, Iriney y Mikel Rico en el doble pivote, línea de tres por delante con Torje, Brahimi y Benítez y arriba Ighalo. Las estrellas locales, Benítez y Rico no empezaron en su salsa, y lo notaron los espectadores que no tardaron en empezar el murmullo en la grada. Lentos y espesos los dos solo conseguían perder el balón. El peligro llegaba por la derecha, con Torje, que aprovechaba que Guardado no es lateral puro y estaba loquito por sumar más en ataque que en defensa. Buen centro suyo que Ighalo remató mansamente a las manos de Alves. Lento Ighalo también arriba, que le costaba más soltar el balón que a Messi darle las gracias a Villa.

Todo discurría con aburrimiento, cuando Undiano, correcto a su manera (de sacar más tarjetas que faltas se hacen) decidió que mandaba él en el partido y se sacó de la manga una mano de Mikel que le supuso la segunda amarilla. Minuto 30. El partido quedaba 10 vs 11 (mas Undiano). Seas del equipo que seas, si ahí ves mano tienes serios problemas de vista, autoestima y hasta esquizofrenia.

El Valencia supo leer el partido perfectamente, y viendo que atrás Iñigo y Mainz estaban espléndidos, Jonas y Piatti retrasaron su posición para crear un cinco para dos contra Iriney y Brahimi. Benítez y Torje, intentaron ayudar en el medio, pero claro, entonces te suben los laterales y te mataban. Parecía que solo quedaba esperar a que el Valencia decidiera cuando, como y donde. Llegábamos al descanso.
Lesión de Benítez que hizo temerme lo peor, pues su sustituto, Bryan Angulo, no le veo todavía nivel de primera. Me calló la boca. Tanto Valencia como Granada comenzaron tanteando el terreno, como si de dos púgiles se tratara, midiendo los huecos del otro. Y ahí apareció el jugador venezolano, para batir con una exquisita vaselina con el exterior de su bota izquierda a Alves. Fiesta en la grada y reacción inmediata de ambos entrenadores. Valverde quito el lastre de su equipo, Albelda (jugador al que admiro, pero que debe saber cuándo retirarse) y metió a Valdez. Por su parte, Anquela quitó a un Torje desaparecido y metió al reaparecido Yebda. Ahí se acabó el partido. Primero, porque el técnico local descolocó a todo el equipo poniendo a Angulo en la derecha, Brahimi en la izquierda, Ighalo solo contra 4 arriba, y Yebda, que estaba más acojonado por recaer de su lesión que yo viendo Viernes 1 parte VIII, revoloteando, no hizo más que molestar. Mas hubiera valido Diakhate o Lucena, no tan técnicos pero si le hubieran echado más memoles.
Por su parte, recital de Parejo, que parece que con Valverde si tiene cabida en este equipo, y éste se lo demostró manejando el partido a su antojo. Ya solo era cuestión de tiempo que cayera el gol visitante. Y llegó en un córner, inventado por el árbitro (en serio, no se quien leches puede pitar esos córner), Valdez atrajo a todos al primer palo, y Piatti, con una rosquita perfecta, puso el balón en área pequeña (balón del portero) para que Jonas, que fintó  Iñigo (único fallo suyo en el partido) remató a placer.

Entre tanto, si Parejo sobresalía en el equipo che, Brahimi lo hacía en el conjunto rojiblanco, ya que parecía Messi, driblando a todos, haciendo que el público se levantara de sus asientos a cada regate de ensueño, parecía que jugaba a la consola. Espectacular. Con uno iguales en el marcador, el Granada acabó bajando los brazos, teniendo sólo como bazas ofensivas a sus dos delanteros. Pelotas directas de Roberto que Ighalo solo podía mirar de lejos, pues tenía encima a los dos centrales y a sus compañeros demasiado lejos. Pudo llegar el gol valencianista en otro córner inventado que Mainz sacó bajo palos.
Minuto 82, balón al área de Banega (debe recuperar aun su mejor nivel) que Soldado no llega a controlar (pésimo partido del internacional español, no rascó bola, las pocas que le llegaban no sabía qué hacer, y personalmente, me parece un jugador sin honor, que pasa más tiempo en el suelo para perder tiempo o llorando cuando no le tocan, y va repartiendo más estopa que un antidisturbios; sinceramente, no tiene nivel ni personalidad para ser internacional le pese a quien le pese). Nyom, que no va a despejar, sino que se queda esperando dentro del área a que la pelota le llegue, deja que le roben la cartera y acaba… victoria che.

Quien sabe cómo hubiera acabado el partido si Undiano no hubiera errado (tantas veces). En cualquier caso y visto lo visto ayer, justa victoria valencianista. Como nota positiva del conjunto local, me quedo con las grandes actuaciones de Iriney, que supo el solo contener a los mediocampistas visitantes el sólo (brahimi en defensa era nulo) contra los tres de Valencia; y de Brahimi, que en ataque volvía loco a todos los jugadores del Valencia de tal manera, que solo por verle merecía la pena pagar la entrada. Y por último, me parece destacar por encima del resto como mejor jugador del partido al capitán Diego Mainz, central que se consolida atrás, que cortó todo lo que le pasaba al lado y supo salir cuan libero de antaño. No exagero si digo que llama a las puertas de la Selección (total si va gente de la categoría de Soldado…); así que Don Vicente, si lee esto, es un jugador a tener en cuenta. 

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