Bueno, pues por si le faltaba algo a esta selección, ya sabe
ganar sin jugar bien y sin merecerlo en los 90 minutos de partido. Todos
teníamos ayer los huevos de corbata al ver como los italianos mandaban en el
partido, creaban ocasiones de la nada y anulaban nuestro juego con la simple
pizarra de Prandelli.
Lo cierto, es que ayer el entrenador de Italia me
pareció el mejor del partido, y eso que no jugaba. Sacó una defensa con
3 centrales (los 3 de la Juve), escudados por dos carrileros como Maggio (que en defensa será
nulo, pero nos creó en ataque más problemas que los que me mandaba a mí mi
profe de física) y Giacherinni
(no es carrilero puro y se le notaba, a pesar de haber jugado partidos ahí en
la Juve). Un centro del campo formado por el genio Pirlo y el todoterreno De
Rossi; por delante, dos mediapuntas como Marchisio y Candreva,
los cuales tenían la función de tirar diagonales a la espalda de los laterales,
generando un dos contra uno gracias a los carrileros y aprovechando la nulidad
de Silva en defensa, o bien
aprovechando la soledad de Busquets
en la zona de contención para entrar por el lado que el pivote español dejaba
al ir a ayudar al lateral en la jugadas de superioridad italiana. Arriba, un
perro viejo como Gilardino para
aprovechar lo que le cayese, pero se le ve ya viejo para estos trotes (y yo me
pregunto, ¿andandará Pazzini? )
Este 3-4-2-1 pasaba a ser un 5-3-2 en defensa, con Marchisio haciendo de interior para
ayudar a Pirlo y a De Rossi, haciendo que el medio
estuviese complicado y solo quedando las bandas para encarar a dos laterales
con lagunas ofensivas, pero si los laterales españoles osaban la incorporación
al ataque, corrían el riesgo de cogerle la espalda y armar la contra (como ocurrió
en un par de ocasiones). Maravilloso Prandelli.
Del Bosque
jamás había echado tanto de menos el doble pivote como ayer (se rumorea que
cierto jugador culé le decía de no llevar a Alonso), ya que tanto Iniesta como Xavi no ayudaban a Busi a cerrar espacios, y claro, el problema que
venía acusando el Barsa este año, se contagió a España. Para colmo, Xavi se pegó a Pirlo para que éste no recibiera cómodo y jugase a su antojo. Pero
claro, hay genios como Xavi, que lo
son con balón, y genios como Pirlo,
que también lo son sin él. De ese modo, Pirlo
bajaba a recibir, sacando a Xavi de
la zona de mediocampo, haciendo de señuelo, para que fuese primero De Rossi, y luego Montolivo (segunda mitad) quien ejerciese de escolta. Con decir que
Torres robó más pelotas que Xavi o Iniesta…
El problema para Italia, que acabó siendo nuestra salvación,
es que no se puede jugar con tanta intensidad a esas horas tan intempestivas
por aquellos lares, de manera que los últimos 20 minutos se le hicieron
demasiado largos. Del Bosque dio entrada a Mata
y Navas por Silva y Pedro, aprovechando
las ganas del sevillano de correr la banda (lo pedía el partido con los laterales
y los centrales italianos ya fundidos.
Mata, aportó como Silva, pero creando peligro de verdad (con la temporada de
uno y otro, y que sea Silva quien juegue…), y apunto estuvimos nosotros de
ganar el partido al final, pero el futbol quiso que este deleite de partido no acabase
aquí. Tocaba prorroga.
Con el inicio de la prórroga, a míster español se le
planteaba un dilema, cambiar a Xavi
o a Torres, ambos fundidos. Pues fue
Torres el elegido, y no por
otro delantero, sino por Javi Martínez.
Descabellado plan para algunos, inteligente para otros, ya que en defensa
actuaba como medio, dejando arriba a Mata, y en ataque, el todoterreno del Bayern
subía arriba para rematar, eso sí, el descojone de verle pedir balones en largo
no nos lo quita nadie, sus ganas y entrega por la camiseta por otro lado,
sobresaliente. Por cierto, Torres hizo un notable partido, creándose el sus
ocasiones y a punto de marcar, siendo generoso y dando asistencias de gol.
Fue en la prorroga cuando se hizo palpable la superioridad
de España gracias a la filosofía de toque, y es que de ese modo, tanto a Xavi
como a Iniesta le daba tiempo a subir y a defender. Mención aparte merece
Iniesta. Extraño que estuviese tan apagado durante buena parte del partido, fue
el amo y señor en el tiempo extra, con jugadas para enmarcar. Los italianos muy
poquito arriba, salvo una. Una jugada desafortunada que tras un rechace le
llega a Giacherinni; Arbeloa no llega a cerrar (único error
en su partido, el cual a mí por lo menos me pareció de sobresaliente) y la
madera nos salvó de la eliminación. Soberbios, por no decir los mejores del
partido, los dos centrales españoles, que hicieron bien lo que mejor saben
hacer, y mal lo que peor saben, rematar. Sin lugar a dudas, los mejores en la
tarde de ayer.
Finalmente llegamos a los penaltis, donde hace cinco años
cambó la suerte de España, ante el mismo rival. Pero claro, los huevos
españoles son de dimensiones estratosféricas, no solo los de Navas que marcó el
penalti decisivo, sino los del resto de lanzadores. Después de tanto
sufrimiento jugaremos la final soñada. Viva el futbol y viva España.
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